¿Cómo catar un vino como un profesional?
Catar un vino no es solo beberlo: es una experiencia sensorial que permite apreciar sus matices visuales, olfativos y gustativos. Los profesionales utilizan un método estructurado para analizar el vino, pero cualquier persona puede aprender a hacerlo y disfrutar más de cada copa.
En este artículo veremos las fases básicas de la cata y algunos consejos prácticos.
👀 Fase visual
El primer contacto con el vino es a través de la vista:
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Color: nos da pistas sobre la variedad de uva y su edad.
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Tintos jóvenes → rojos intensos, púrpura.
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Tintos envejecidos → tonos teja o granate.
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Blancos jóvenes → amarillos pálidos con reflejos verdosos.
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Blancos con crianza → dorados más intensos.
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Brillo: un vino limpio y brillante indica buena calidad.
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Lágrimas: al agitar la copa, si caen lentamente, puede indicar mayor contenido alcohólico o glicerina.
👃 Fase olfativa
El olfato es fundamental en la cata:
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Aroma primario: proviene de la uva (frutas, flores, hierbas).
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Aroma secundario: surge de la fermentación (lácteos, pan, levaduras).
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Aroma terciario: aparece en la crianza en barrica o botella (vainilla, cacao, tabaco, cuero).
Consejo: huele el vino primero sin agitar y luego agita suavemente la copa para liberar más aromas.
👄 Fase gustativa
Aquí interviene el sentido del gusto y el tacto en boca:
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Ataque: primera impresión, dulce, fresco o potente.
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Estructura: cuerpo del vino (ligero, medio, robusto).
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Acidez: aporta frescura.
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Taninos: en tintos, dan estructura; pueden ser suaves o ásperos.
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Persistencia: cuánto dura el sabor después de tragar o escupir.
Un vino equilibrado armoniza acidez, alcohol, taninos y sabor.
📝 Consejos prácticos para principiantes
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Usa una copa transparente y sin dibujos.
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Sirve el vino a la temperatura adecuada (los tintos no demasiado calientes, los blancos no demasiado fríos).
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Cata en un lugar sin olores fuertes (perfumes, comidas, etc.).
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Anota tus impresiones: colores, aromas y sabores percibidos.
La cata de vinos es una práctica que combina técnica y disfrute. No hace falta ser experto para empezar: con un poco de observación y práctica, cada persona puede descubrir nuevos matices y apreciar más el esfuerzo que hay detrás de cada botella.
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